
Un monstruo. A estas alturas, hablar de Cornell, su trayectoria, su peso en la escena rock y su talento están de más. Pero en verdad hay que escucharlo, cantando solo y con su guitarra, para darse cuenta de lo tremendo que es. A través de un paseo por su historia musical, incluyendo Temple of the Dog, Soundgarden, Audioslave y otras influencias más bien extrañas (Bob Marley y Michael Jackson), nos entrega una serie de temas básicos para un amante del rock, ejecutados limpiamente con su guitarra y su voz, su maldita increíble voz que resuella rock por todos lados.
En fin, un disco absolutamente recomendable, es más absolutamente indispensable, donde un gigante nos muestra cómo se debe hacer un unplugged y de paso, cómo hacer buena música.